Por suerte, nos está tocando vivir la época del activismo relativo a la salud mental; esto es, de cómo la psicología puede y debe tener una clara aplicación terapéutica y medicinal. Los trastornos mentales, la ansiedad o la depresión, son reales y pueden influir de manera negativa en la calidad de vida de todas las personas. Naturalmente, a menudo se relacionan estrechamente con el contexto económico y social que nos toca vivir, y esa realidad es también fundamental tenerla en cuenta. Dicho de otro modo, cualquier psicoterapeuta que aspire realmente a ayudar a sus pacientes debe saber establecer de manera eficaz la relación entre su vida personal, y los factores externos, globales incluso, que moldean nuestra existencia a todos los niveles. Solo así podremos ayudar a que esa persona afronte, mejor que bien, las causas que la han llevado a sufrir.
Dadas las circunstancias, cualquier psicoterapeuta puede tener interés en profundizar en las ideas básicas de algunas de las grandes personalidades de la psicología; por ejemplo, los conceptos básicos de CG Jung en España todavía tienen mucha relevancia, ya que hipótesis como la del inconsciente colectivo nos permite siempre buscar conexiones e interconexiones entre la psique de los individuos y extraer, de ese modo, un patrón común. Ese patrón común se parece mucho a esa idea de un contexto socioeconómico global del que antes estábamos hablando. Aplicado a la psicoterapia, podemos encontrarnos con una persona con problemas de ansiedad porque no encuentra trabajo. Nuestra responsabilidad es proporcionarle herramientas emocionales para afrontar el problema, pero también empatizar con la realidad de que los altos niveles de desempleo y la crisis económica actual están fuera del control de todas las personas.
Esta idea, así como muchas otras relacionadas, pueden debatirse a través de la óptica de Jung en webs como Sepa en España, actualmente un portal online que funciona como punto de encuentro de investigadores, psicólogos o personas genuinamente aficionadas a la bibliografía de este pensador. Al final, lo importante es que todos esos debates no caigan en saco roto y buscar soluciones conjuntas. Sin duda, la psicología junguiana, dadas sus características, puede ayudar con ello.